viernes, 10 de octubre de 2014

La música son como las personas, y todas merecen respeto.


Bueno, hace bastante que no escribo, así que pido disculpas por ello. Hoy, no se, me ha dado por hacer una especie de ensayo comparativo de las personas y la música, y sorbe el respeto:


La música es algo complejo, algo difícil de analizar y de estudiar, pero que sin necesidad de entenderla de forma consciente, tu subconsciente la comprende y se aferra a ella. La gente es como la música. Hay muchos tipos, hasta dentro de un mismo tipo hay subtipos. Podemos saber como es la gente de una época por la música que escuchaban. Al principio, la música era instrumental, eran puro sentimiento hecho melodía. La música esta dentro de la gente. Todos tarareamos cuando nos aburrimos, todos buscamos comprensión en las canciones, ya sean nuestras o de otras personas. Después de la música instrumental vino la gente poniendo voz a sus composiciones, buscando ser oídos, ser recordados, dar forma a ese sentimiento y transformarlo en sueños. En la época de la música disco la gente estaba reprimida y lo que buscaba era libertad, y lo hacía mediante el baile. Las baladas de rock buscan darle un sentido a los sentimientos que desafían a la lógica, y que nos sintamos comprendidos incluso cuando nosotros mismos no sabemos ni lo que queremos. Y como era de esperar, en un futuro la gente podrá analizarnos por la música que escuchamos. Actualmente la música “comercial” busca gustar, y no gusta en si porque la gente sea simple, si no porque buscan ser comprendidos bajo el sentimiento de igualdad. No hay una sola parte de este mundo globalizado en el que no te encuentras frases de igualdad, ya sea de genero, raza, o en cuanto a derechos. “Todas las personas somos iguales”, y la gente busca sentirse así. La gente diferente es tachada de rara, y menospreciada, porque lo que se busca es la generalización, que todos cumplamos la norma social, y la música nos muestra eso. La mayoría de artistas no plasman sus sueños, plasman su búsqueda de igualdad, de semejantes, y a veces la gente lo intenta de malas formas. Fingen ser quienes no son, en un intento desesperado de ser aceptados, porque los mensajes no nos transmiten que debamos tratar a todos como a iguales, aunque sean distintos, si no que somos iguales, y si eres distinto es que no perteneces a esta sociedad y no mereces ser tratado como un ser humano. La música esta corrupta en ese sentido porque la sociedad lo está, no busca que sientas que tienes iguales, si no que tu eres igual al resto de gente. No hay ahora mismo un solo género musical que no tenga parte comercial. Mantienen ese estilo, pero con letras y mensajes que no dicen nada de su autor, si no de como debes comportarte en esta sociedad. Los pocos que han aprendido a entender de verdad el mensaje de igualdad tiene bastante música entre la que elegir, pero no toda la que sería necesaria porque muchos artistas que realmente valen la pena no logran existo, ya que no lanzan esos erróneos mensajes de igualdad. Una música, en si, no es mejor que otra, y que nos guste una canción o un artista no esta necesariamente ligado a que compartamos sus mensajes al mundo, es más complejo que eso, porque con que a tu cerebro le parezca melódicamente bueno ya te va a gustar. Actualmente hay que guiarse por los grupos que les gusta a cada persona, y no solo por uno, pues todos esos mensajes son los que conforman a la persona y te dicen como es. A la gente le puede gustar la voz de un cantante, o las melodías de sus canciones, pero no sus canciones completas, si no entiende el mensaje. No vas a entender una balada romántica si nunca te has enamorado, ni una canción de protesta si estas del todo conforme con tu vida. La música son como las personas, y todas son iguales en una cosa: la esencia, el querer ser oídas, entendidas y respetadas. Un genero no es mejor que otro, al igual que una persona no es mejor que otra, aunque una sea mala y la otra buena. Porque todos somos humanos, y en esa esencia todos somos iguales, y aunque a mi me gusten las personas buenas, a ti no tienen porque gustarte. Somos iguales en lo básico: todos sentimos, todos pensamos, todos soñamos, respiramos y tenemos un corazón que nos late, pero somos distintos en el conjunto de los gustos, ideas, sueños y pensamientos que nos conforman, y todos merecemos respeto.

sábado, 2 de agosto de 2014

Capitulo 2.


Capítulo 2.

––¿Has traído la guitarra?––preguntó sentada en el césped, sin girarse a mírame: había oído los pasos y había supuesto que era yo. Sonreí. Estaba preciosa, como siempre, pues nada podía dejar de hacer que se viese como es. Tenía el pelo recogido en una coleta, y llevaba una chaqueta negra encima de una camiseta azul con rallas blancas. Sus pantalones vaqueros esta vez eran largos, fruto de que habían bajado las temperaturas. Aún así tenía unas piernas preciosas.

––Si. ¿Llevas mucho tiempo esperándome? Hace frío.––Le contesté mientras me quitaba la guitarra de la espalda y me sentaba a su lado, giró la cabeza para mirarme y sonrió a la vez que se encogía de hombros, quitándole importancia a todo. Cogió con cuidado la funda, la abrió y saco con cuidado la vieja Rochester. La miró con detenimiento y asintió, a la vez que me la daba. La cogí, pasé la correa por mi cabeza y me quedé quieta, poniendo la mano izquierda en posición de Sol, y sacando con la derecha la púa de mi bolsillo. Nos quedamos en completo silencio, observando el paisaje.

––Bueno, ¿vas a tocar o no?––me instó dándome un golpe en el hombro y mirándome a los ojos. Jamás nadie me había mirado como lo hacía ella, era hipnótico. Podría haberme pasado horas observándola sin cansarme.

––¿Que quieres que toque?––soltó una carcajada y negó con la cabeza. Acto seguido golpeo con su dedo índice mi corazón.––¿que?

––Que toques lo que quieras, lo que salga de tu corazón––se echó hacía atrás, tumbándose y estirando las piernas, con la cabeza sobre las manos. Tenía las mejillas un poco coloradas, y empezó a evitar mirarme, como si le diese vergüenza lo que acababa de decir. Era la perfección en persona, y tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no acariciarle el pelo y besar esos labios que parecían tan dulces y suaves.

Me quedé en silencio, mirando a las nubes, preguntándome a mi misma que tocar. Si seguía sus instrucciones de tocar lo que sintiese, sería sin duda una canción de amor, pero me daba miedo. ¿Y si eso la asustaba y salía corriendo? Pero, por otra parte... estaba segura de que se había dado cuenta de como la miraba, si tocaba otra cosa seguramente me pillaría. Puse la mano en la posición de la primera nota de “Remembering sunday”, de All Time Low, pero ella levantó la mano, como adivinando la canción, y me paró.

––No. No cualquier cosa que sientas en tu vida. Lo que sientas ahora mismo––su voz sonó casi como una orden, y se quedó completamente seria, esperando mi reacción.

Tragué saliva, me aclaré la garganta y empecé a tocar y cantar “First Date” de Blink 182. La música fluía de mi garganta y de mi guitarra, como el agua de un río que se llena de agua después de una época de sequía. Me sentía rara cantando aquello, llevaba tantos años acostumbrada a tocar solo baladas, que tocar algo distinto era como despertarse después de una siesta que ha durado una eternidad, se sentía bien, pero sentías todos los músculos entumecidos, intentando recordar como se anda. Y es que realmente no sabía como recordaba aquella canción, llevaba desde los catorce años sin dejarla sonar a través de las cuerdas de mi Rochester, pero no fallé en ninguna nota, ni en el ritmo ni en el compás.

Cuando terminé, todo se quedó en silencio, y me mantuve quieta, esperando su respuesta. Esperaba un “¿O sea que eso es lo que sientes por mi?” o incluso un desalentador “Esto no es una cita, te has confundido.” Pero nunca habría imaginado la respuesta que me dio. Acarició con su mano derecha mi mejilla, me giró la cara y me dio un beso. Fue más dulce de lo que podría haber imaginado. Sus labios eran como pisar el cielo, sabían bien, eran reconfortantes... y me aceleraban el corazón hasta un punto insospechado. Se separó de mi, y sentí el impulso de volver a besarla: no quería separarme de ella. Pero me dio miedo que no estuviese permitido, que se asustase. Agachó la cabeza y miró al suelo, mientras se ponía completamente roja y se mordía el labio. Me reí sin poder evitarlo. Era la cosa más tierna y bonita que había visto nunca, y me sentía la persona más feliz del mundo.

––¿Te hago gracia?––me dijo, como reprochandomelo, pero sonrió enseguida, y hundió la cara en sus manos, se tiró al suelo y rodó un poco, hasta que se volvió a poner boca arriba. Rió, como si no pudiese creerse lo que acababa de hacer. Sus ojos chispeaban con una luz distinta, y la forma dulce e inexplicable con la que me miraba se intensificó, si es que acaso eso era posible.

––No es eso.––dije mientras me tumbaba a su lado y rodeaba su cintura con mi brazo derecho––es que eres lo más hermoso que he visto nunca, y me siento feliz, así que me río.––me sonrojé enseguida, y escondí la cara en la hierba. Ella rió más, sin apartar mi brazo de su cintura.

––Eres idiota.––soltó, y se puso seria al ver que la miraba de reojo, pero al instante volvió a sonreír, se acercó y me plantó un beso en la mejilla que me hizo ponerme aun más roja. 

––Y tu mala, que me pones nerviosa––Me giré hacia ella y fui a devolverle el beso, pero se giró y se lo di en los labios. Esta vez el beso duró más. Se notaba que ella tampoco quería separarse. Jamás nadie me había besado tan bien. Un millón de mariposas empezaron a revolotear por mi estómago, y no pude evitar sonreír mientras la besaba. Me habría encantado que el tiempo se parase justo ahí, o incluso que el mundo se acabase. No quería tener que volver a mi casa: no habría querido ni aunque se hubiese puesto a nevar. Pero, como todo, las cosas acaban. De pronto le sonó el teléfono, y se separó despacio, sonriendo. Se incorporó y se levantó, dejándome sola allí tumbada, y cogió la llamada.

––Tengo que irme––dijo en un susurro cuando volvió, mientras colgaba la llamada. Guardé la guitarra, me la eché a los hombros y me levanté. Se acercó a mi, me agarró por la cintura y me abrazó––lo siento. Mi padre quiere que vuelva ya––Le devolví el abrazo, y nos quedamos allí quietas, en silencio. El simple hecho de abrazarla ya me hacía querer gritar y saltar de felicidad... se estaba tan a gusto. Era completamente como si estuviésemos echas la una para la otra.

Se separó y me cogió de la mano, y fuimos andando hasta donde comenzaba la carretera, y donde se separaban nuestros caminos. Su mano era suave, y me apretaba con fuerza. Ese simple gesto me hacía volar por las nubes. Llegamos a la acera, y me puse a pensar. Su casa estaba hacia la derecha, mientras que la mía estaba hacia la izquierda. Sentí como el corazón me daba un vuelco al pensar en la idea de tener que separarme de ella. Me paré y tire de su brazo, ella cedió y volví a abrazarla, después me dio un pequeño beso, se puso de puntillas y susurró un “te quiero, aunque suene absurdo porque apenas te conozco” a mi oído. Acto seguido se giró y se fue. Me quede completamente quieta, observando como se marchaba, y aún estuve allí varios minutos después de perderla de vista. Cuando volví en mi, saqué el teléfono y le envié un mensaje por whatsapp con un “Yo también te quiero, y aunque suene igual de absurdo, siento como si te conociese de toda la vida”. Esperé unos segundos, y contestó un “es un sentimiento mutuo, espero verte mañana. Mismo sitio, misma hora”. Le contesté un “no faltaría por nada del mundo”, y me puse en marcha para volver a mi casa, inmersa en mis pensamientos, sin poder sacarme de la cabeza aquellos besos y aquellas sonrisas.

sábado, 26 de julio de 2014

The game of the music. Capitulo 1.


Capitulo 1.



––Así que te llaman Soul o S por el nombre de tu grupo––dijo ella rompiendo el silencio en el que llevaban sumergidas desde que habían salido de La Balada Triste, mientras caminaban por la calle, sin destino previo. Habían salido para poder hablar y para dar un paseo, tras pedirle a Dani que cantase él las pocas canciones que quedaban por tocar aquella noche.

––Si, pero en realidad me llamo Alexandra. Aunque tu puedes llamarme como quieras––la miro a los ojos y tras unos segundos de seriedad, ambas rieron, como si acabase de contar un chiste.––¿Tu como te llamas?––la chica de sonrisa tierna que tan bien le hacía sentir agachó la cabeza intentando que no viese que se había sonrojado, como si decirle su nombre le diese vergüenza.

––Mar...––dijo en un susurro, y la miró, esperando su reacción. Sonrio al ver que no se reía, que no bromeaba, que simplemente la miraba, con los ojos chispeantes de emoción, y es que el simple hecho de saber su nombre la hacía sentir como si hubiese recibido un millon de euros en la lotería.

––Es un nombre precioso––le contestó mientras se sumergía en sus pensamientos. Le pegaba. Aquél nombre sin duda le pegaba. Le recordaba al océano: precioso, lleno de misterios fascinantes. Ambas cosas le hacían perder la cabeza. El océano siempre le había gustado, cuando era pequeña su tío la llevaba siempre en su barco, y la habían enseñado a hacer surf. Pero también lo respetaba, sabía que podía ser peligroso, que en cualquier momento podía terminar con tu vida. Y así se sentía con ella. Le fascinaba y le encantaba, le parecía preciosa y alucinante, y hacía que su corazón se desbocase, pero sabía que solo un movimiento en falso podría alejarla para siempre, y que eso dolería demasiado.––Te pega.

Ambas se quedaron en silencio, continuando con el paseo, y al contrario de lo que le sucedía a S con la mayoría de gente, no era un silencio incomodo. Era un silencio tierno. De vez en cuando miraba a Mar de reojo, y esta apartaba la mirada rápidamente, fingiendo que no estaba mirándola ella primero, como si le diese miedo que lo supiese. En un momento determinado, se apartó el pelo negro rizado de la cara, con un gesto de la mano automático, y le pareció de nuevo el ser más bonito del mundo. No podía dejar de sonreír desde que la había visto entrar por la puerta, hasta el punto de que empezaban a adormilarsele las mejillas. Por su mente rondaban cientos de preguntas. ¿Se sentiría ella igual? ¿No le estaría pareciendo incómodo el silencio? ¿Estaría dispuesta a volver a quedar con ella? Tenía miedo de hacer un mal movimiento, se sentía como en un tablero de ajedrez, tenía que decir sus palabras con cuidado, como si fuesen sus fichas, para ganar la partida y que ella quisiese volver a verla, pero a la vez... a la vez sentía que podía decir lo que fuese, que no iba a molestarla, que podía ser ella misma al completo. Era tan confuso y contradictorio.

––¿Te gusta Smash Motuh?––Sacó el móvil y abrió la lista de música de su tarjeta SD, y deslizó el dedo por la pantalla táctil en busca de una canción.

––No he escuchado demasiado de ellos––volvió a agachar la cabeza, pero al instante se giró y se paró delante de ella, haciéndola frenar, mirándola directamente a los ojos.––Tengo una propuesta. Tu me enseñas todos los grupos que conozcas que yo no, y yo te enseño todos los que conozca pero tu no.––Sonrieron a la vez. Era el mejor trato que podía existir: asintió con la cabeza y le dio al play la canción. Mar miró el teléfono, y después juró que por un instante miró sus labios, para volver a posarse en sus ojos.––¿Como se llama esta canción?––dijo al cabo de veinte segundos, con cara de interés. Puso el pie derecho detrás del izquierdo, escondió las manos detrás de la espalda y ladeó la cabeza, mientras giraba lentamente sus caderas a un lado y al otro, impaciente. Ese fue el instante en el que se enamoró. Ese fue el instante en el que perdió el control de su corazón, y en el que supo que sus sentimientos ya no tenían vuelta atrás: se sentía feliz, nerviosa, con ganas de gritar y saltar, con ganas de abrazarla, susurrarle al oído que nunca jamás volvería a pasarle nada, y no soltarla nunca.

––Magic. Se llama Magic––estaba embobada. Ni siquiera recordaba haber abierto la boca para decirle el nombre de la canción. No podía dejar de mirarla. No podía apartar la vista de ella, y el como Mar le miraba le hacía morir de amor, le hacía sentir como si flotase entre nubes de algodón, como si todos los problemas de su vida fuesen a solucionarse solo con que ella hablase.––Eres preciosa––dijo sin pensar, y la joven que le hacía sentir tan mágica soltó una risa nerviosa mientras le daba un golpe en el hombro. Vio como se mordía el labio, pero no contestaba, y se sintió estúpida––Perdón.

––No, no pidas perdón––volvió a reír, miró a un lado y a otro, se puso de puntillas agarrándose a sus hombros y se acercó a su oído––Es solo que yo pensaba lo mismo de ti...––susurró, y el corazón de S se paró, y no volvió a latir hasta que su Ángel se separó, se giró y echo a andar.––vamos, quiero llevarte a un sitio.

––Claro, adonde quieras...

Echó a andar tras ella, y se puso rápidamente a su lado. No sabía que hacer, que decir, se había quedado completamente sin palabras. ¿Como era posible que existiese alguien tan perfecto? ¿Como alguien podía hacerle sentir así con una simple mirada o un susurro? Estaba buscando las respuestas para esas preguntas, sin fijarse en hacía donde la llevaba y en que habían dejado las carreteras y los edificios atrás, cuando se pararon. Enfocó la vista y se fijó en que estaban en una pequeña colina llena de arboles, justo en la parte más alta, y lo que se podía ver a la perfección era el sol poniéndose. Se quedó con la boca abierta, y cuando se giró para ver a su acompañante vio que ella se había sentado en la hierba y la miraba fijamente: al ver su atontamiento soltó una risotada y tiró de su pantalón para que se sentase. Se quedaron allí varios minutos en silencio, Mar mirando el sol, S mirándola a ella.

––Es el atardecer más bonito que he visto en mi vida––dijo, y la chica se giró para mirarla, y se rió.

––Pero si no lo estas mirando, llevas todo el rato mirándome a mi.

––Pues eso. El atardecer más bonito que he visto en mi vida. En ningún momento he dicho que lo sea por el sol––sonrió de forma picara, y la joven se tapó la cara con las manos mientras se echaba a reír, con las mejillas completamente rojas. Al instante S también se echó a reír y se puso igual de roja. Se sentía bien, como si la conociese de toda la vida, como si no pudiese haber secretos ente ellas, y se sentía extraña. Nunca le había pasado eso con nadie.

––Eres imbécil––le contestó cuando consiguió dejar de reír, poniéndose completamente seria mientras la miraba a los ojos, y por un instante creyó que había metido la pata, pero volvió a sonreír, se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla que provocó que un escalofrío recorriese todo su cuerpo.

Pensó en la película de Peter Pan: La gran aventura, exactamente en la escena en la que Wendy le da un beso a Peter, y se sintió así. Tenía ganas de gritar con todas sus fuerzas, y se sentía con energía suficiente para vencer piratas, mover montañas, derrotar gigantes o enfrentarse al mismísimo infierno, y sabía que si lo hacía ganaría porque nada ni nadie podía quitarle su felicidad y su fuerza de voluntad, y no podrían hacerlo nunca más. Se movió rápidamente y le devolvió el beso, y ella le dio un abrazo. Era completamente surrealista pensar que se habían conocido hacía una semana, que se habían visto dos días y que hacía apenas una hora que sabían el nombre de la otra. Era como si llevasen siendo amigas toda la vida, salvo que lo que sentían no era amistad.

––Mañana tenemos que volver, quiero que toques y cantes para mi aquí, sin gente, sin ruido. Sin la presión de tener que tocar baladas. Quiero que cantes lo que quieras––dijo Mar con la seguridad de quien sabe que le van a responder si sin pensárselo. Eso le hizo sentirse segura, a gusto. Sabía que a partir de ahora era bastante improbable que pasase un solo día sin hablar con ella, y mucho menos sin pensar en ella, y sabía que aquella chica que le había enamorado solo con existir tampoco lo haría.––y por supuesto tienes que darme tu numero.

––¿Mañana?––se miraron y sonrieron mientras cogía el móvil de su compañera y apuntaba en el su numero de teléfono––esta bien. ¿A las cuatro y media te viene bien?––Asintió, y se volvieron a quedar en silencio, sentadas una al lado del otro, mirando como el sol desaparecía por completo y las estrellas se hacían paso en el firmamento, mientras sentía que le ardía la mejilla: no podía sacarse de la cabeza aquel beso, ni podría hacerlo nunca.

viernes, 25 de julio de 2014

The game of the music.


Hola amigos patatunos. Llevo mucho sin escribir y os pido disculpas. Bueno, voy a empezar a publicar a mi blog una novela sencillita que estoy escribiendo, y con "sencillita" me refiero a que es una historia de una sola trama principal, con la que estoy practicando conversaciones, relaciones entre personajes y descripciones. Espero que os guste, os dejo el prólogo :D




Prólogo





Boulevard of Broken Dreams resonaba por todo el pasillo de la cuarta planta, tocada por un único instrumento: una guitarra acústica. Segundos después una voz tímida, al principio en un susurro, después aumentando su volumen, comenzaba a cantar los primeros versos de la canción de Green Day. Sonaba distinto, sonaba más dulce, menos dramático, con menos sentimientos, pues la persona que la cantaba no se sentía en ese momento identificada con la canción, pero una semana antes si lo había hecho. Sus dedos acariciaban las cuerdas de la guitarra por el mástil, danzaban, rápidos, sin dudar: llevaba demasiado tiempo con aquella canción saliendo de sus manos y su guitarra que era imposible que se equivocase en alguna nota. La otra mano rasgaba sin mucha fuerza pero con firmeza las cuerdas por encima de la caja, con una púa amarilla. Sus ojos marrones estaban fijos en el suelo, pues se sabía tan de memoria la posición de sus manos que no necesitaba mirar. Sus labios se movían decididos dándole forma a los sonidos que su garganta dejaba escapar, clavando a la perfección la melodía que Billie Joe Armstrong cantaba en su disco favorito. Sonaba idéntica, pero a la vez distinta. La diferencia estaba en que Billie se metía en la letra en corazón y mente, y su corazón y su mente estaban ahora muy lejos, uno encontrado y con dueña, el otro perdido en un mundo de sueños sobe el futuro. Paró en seco y miró a la guitarra como si fuese culpa suya que no se sintiese a gusto tocando aquella canción que había sido un gran apoyo para ella. ¿Que le había pasado? Era la misma, pero sin embargo, no se sentía como siempre... no se sentía capaz de tocar y cantar con sentimiento las baladas que tocaba con su grupo: quería cantar sobre el amor, gritarle al Universo que su corazón ya no le pertenecía, y que sabía que debía ser correspondida... una semana. En una semana había cambiado todo. La había visto el lunes en el parque, y ya no podía parar de pensar en la comisura de sus labios que se giraban para mostrar esa sonrisa tan tierna, en sus ojos almendrados que se habían fijado en los suyos, en su pecho subir y bajar con su respiración, en su forma de andar... ¡hasta creyó escuchar el latido de su corazón acelerarse!, pero había sido el propio el que había oído. Nunca se había sentido así. Había tenido parejas, bastantes, pero nunca se había sentido con ellas como se sentía ahora por esa desconocida. “¿Que tipo de guitarra es?” Había preguntado la joven que le había robado el corazón tras acercarse rápidamente, refiriéndose a la funda que llevaba colgada a la espalda. Se había quedado tan sobrecogida por su voz que no pudo contestar. Era un Ángel, tenía que serlo, nunca jamás había visto un ser tan bonito y perfecto. La chica la había mirado con curiosidad, y entonces se había dado cuenta de lo gilipollas que debía parecer: un poco más y se le habría caído la baba. Le había contestado que era una Rochester A6, en madera blanca. “No esta mal, pero te pegaría más algo más country. ¿Tocas en alguna banda?”. Se interesaba por ella, le había llamado la atención. Su corazón en ese instante se le había desbocado...

Salió de sus pensamientos y se dio cuenta de que su corazón volvía a ir a mil por hora. La imagen de sus labios se había clavado con fuerza en lo mas hondo de su corazón, y parecían tan suaves que se moría por besarlos al menos una vez. El timbre sonó y se dio cuenta de que llevaba al menos media hora pensando en ella, y su tiempo en el estudio de prácticas del conservatorio había acabado. Se levantó y guardó su amada guitarra, su compañera, dentro de la funda. Se la echó al hombro y salió por la puerta, sin importarle demasiado que la había dejado abierta: Max, el conserje, iba a echarle la bronca, pero no le preocupaba. Quería llegar a tiempo a La Balada Triste, el bar en el que tocaba todos los fines de semana con sus amigos: esperaba que ella apareciese, pues le había dicho que iría. No sabía su nombre, no se habían presentado. La había acompañado a casa y no se había preocupado por como se llamaba, se sentía estúpida. Se habían pasado los quince minutos del trayecto hablando de música: Green Day, Linkin Park, Atreyu, Sum 41... no importaba. Decía un grupo y a aquella muchacha que la volvía loca lo conocía y le encantaba. Era extraño, era como si hubiesen conectado incluso antes de verse. Sentía que ya la conocía, pero a la vez sabía que no era así porque no habría podido olvidarla. Cuando alzó la mirada y la apartó del suelo se percató de que ya había llegado al garito, y entró despacio. Últimamente ni siquiera saludaba a conocidos por la calle porque no se fijaba en que estaban ahí. Las caras ya no las reconocía, ya no le interesaba la gente, buscaba entre la multitud, absorta en sus pensamientos, encontrarse de nuevo esa cara de rasgos finos y piel blanquecina, esa sonrisa celestial que la hacía sentir feliz, ese pelo negro rizado que le parecía tan bonito, pero nunca la encontraba. Vivía a cuarenta y cinco minutos de su casa, en una finca enorme con una vivienda de tres plantas, era normal que no se la encontrase. No solo estaba lejos, estaba en otro mundo. Sintió una punzada en el corazón al pensar en eso. ¿Y si no le permitían que estuviese con ella? Era una cantante de un garito de la parte pobre de la ciudad, ¿y si no podía alcanzar a su Ángel?



––¡Anda mira, la desaparecida!––gritó una voz desde el escenario en cuanto puso un pie en el local. Alzó la vista y se encontró con los ojos azules de Daniel clavados en ella. Su sonrisa picara indicaba que estaba preparando ya algo con lo que meterse con ella––¿Donde te has metido, S? Llevamos sin verte desde el domingo––continuó tras bajar del escenario, acercarse a ella y pasar el brazo por encima de sus hombros.––creíamos que te habías fugado con una estrella de cine que hubieses conocido en tu entrevista del jueves.



––Que gilipollas que eres, Dani––le contestó con una risa mientras le daba un empujón para apartarlo y poder subir cómodamente por las estrechas escaleras del escenario. No, no había conocido a ninguna estrella de cine en la entrevista que la televisión local le había hecho, fruto de su reciente y atronador éxito entre la clase media y baja, pero si que tenía una estrella que le había robado todo su ser––Es solo que he estado ocupada, ¿vale?



El chico rubio asintió con firmeza y soltó una carcajada. Sabía que su amigo le conocía lo suficiente para saber la verdad con solo esas palabras: estaba enamorada, y esta vez no era un capricho pasajero. Sacó la guitarra de la funda y la abrazó antes de colgársela al cuello: era lo único que le quedaba de su madre, que había muerto dos años atrás en un incendio en la fábrica en la que trabajaba. Era una guitarra vieja, con la parte de abajo astillada y los engranajes para afinar algo oxidados, pero no pensaba cambiarla ni arreglarla: era como su vida, con muchas vivencias, con muchos recuerdos dolorosos, pero con muchas sonrisas. Se aferró a ese sentimiento de angustia que le traía el acordarse de su madre, lo iba a necesitar si quería darle una buena actuación a su público, que cada vez iba en aumento, deseoso de que aquellos jóvenes mostrasen en forma de canción sus preocupaciones, su dolor, su frustración por su situación económica. La Balada Triste no era un local muy amplio, al menos no como los del barrio alto, pero era el más grande de la zona. Tenía un escenario a medio metro del suelo en frente de la puerta, y entre medias estaba todo lleno de mesas de madera tapadas con manteles de papel blanco con bordes rojos. A la derecha desde la puerta, la izquierda desde el escenario, estaba la barra, de caoba, siempre bien encerada, aunque se notaba en los agujeros que tenía que nunca la habían renovado. Detrás de la barra, por una puerta que se abría en ambas direcciones, estaba la pequeña cocina. El sitio tenía solo cuatro trabajadores: cocinero, barman, un camarero y una camarera. Antiguamente eso había bastado, pero desde que Souls in the middle, su grupo, tocaba allí, habían requerido de poner un anuncio para buscar un par de camareros más, aunque aun nadie había respondido. El dueño del local se estaba forrando, y les había hecho el fin de semana pasado un contrato permanente con el que el grupo, que antes tocaba de gratis, ganaría el veinticinco por ciento de las consumiciones de los clientes. Se levantó y busco un cable Jag para enchufar su guitarra a la mesa de mezclas, que a la vez iba conectada a los cuatro amplificadores y a los dos altavoces de los que estaban provistos el local y el grupo. Después de un par de pruebas de sonido, ajustar los micrófonos a su altura y a la de Dani y esperar a que el local se fuese llenando, empezaron a tocar. Fueron de más alegre a más deprimente, como hacían de costumbre, liderados por su voz, a la que Daniel acompañaba en los coros: encajaban a la perfección, y lo sabían desde que se habían conocido, cuando apenas tenían cinco años y jugaban a que eran estrellas del rock. Antes de comenzar, le había pedido un favor a Dani: si aparecía la persona por la que estaba esperando, quería romper la rutina y cantar una canción de amor, y el chico no había dudado en decirle que si. Con el resto del grupo se llevaban genial, pero ellos dos eran como hermanos inseparables: él la había apoyado cuando su madre murió, y ella le había apoyado y dado un hogar cuando su padre lo había echado de casa por ser gay. Eran un dúo perfecto en música y amistad. Iban por la mitad de Stairway to Hevean cuando se quedó casi sin habla al abrirse la puerta y reconocer a la figura que entraba. Iba vestida con unos shorts vaqueros grises, una camiseta negra de The Rolling Stones cortada de tal forma que se le veía el hombro derecho, unas deportivas blancas y un gorro gris que le tapaba casi todo el pelo. Sonrió mientras cantaba. Aquella figura delgada, un poco más bajita que ella, de facciones suaves y sonrisa tierna, más que ninguna, la pusieron nerviosa de tal forma que por primera vez en mucho tiempo tuvo que mirar sus manos para controlar que no se equivocaba. Tocaron las últimas notas, y el local se quedó un segundo en silencio, después acudieron los aplausos de la muchedumbre que, de pronto, había dejado de importarle. Solo podía mirarla a ella.



––¿La de la camiseta de los Stones?––preguntó Dani en un susurro a su oreja, y ella asintió sin dudarlo. El joven se giró hacia el resto de la banda y les hizo un gesto para que se acercasen––S quiere cantar para una chica, ¿vale tíos? Así que nos salimos del modelo. I Do, de A Rcoket To The Moon. Hay que clavarla, ¿eh? Nada de meter la pata. Hoy no, es importante.––Todos asintieron y Dani volvió a su sitió y entonces habló por el micrófono––Vais a tener que perdonarnos, amigos, pero nuestra cantante tiene algo que decirle a alguien que acaba de entrar, así que vamos a salirnos un pelín del tema y dejar que le cante una canción.



La gente rió y asintió con la cabeza, entusiasmados, la verdad, por escucharles tocar algo distinto, y tras ello, los instrumentos empezaron a hacer sonar aquella canción, y ella, absorta en los ojos de su Ángel, empezó a cantar aquella dulce canción que describía, o mejor dicho, sabía que describiría en cuanto volviese a hablar con ella, sus sentimientos. La chica por la que cantaba no apartó sus ojos de los de ella, con una sonrisa en los labios, sonrojándose por momentos, y cuando terminaron, se bajó del escenario para acercarse a ella.

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Un saludo, patatas.

lunes, 2 de junio de 2014

Patata perdida en pensamientos sobre la 3º República.

¡Buenas! Pues nada, hace mucho que no escribo, y no se, me apetece. Primero decir que estoy de exámenes, así que no me pondré a escribir de forma sería hasta el domingo 15 (acabo el 13, pero el 14 tengo concierto de Guitarra), pero bueno, ¿por que no pararme unos minutillos a escribiros algo? Bueno, como iba diciendo, del 9 al 13 tengo mi semanita de exámenes (por favor, que alguien me salve T_T), así que tengo la cabeza llena de filosofía, biología y demás asignaturas de primero de bachillerato de ciencias naturales, así que no pidáis una entrada con mucha lógica.

Hoy esta todo el mundo obsesionado con lo de que el Rey ha abdicado, y hay manifestaciones a las 20:00 en todas las plazas de ciudades importantes para pedir, junto a Podemos y Equo, un referendum para instaurar la 3ª república, y la verdad es que yo estoy de acuerdo en esto. Mucha gente que apoya la monarquía, como mi hermano mediano, ponen como argumento que es mejor que nos represente cualquier señorito preparado para aparecer en público que los políticos que tenemos actualmente, pero claro, eso es una excusa muy pobre. ¿Por que tenemos que gastarnos todos parte de nuestro dinero en que la monarquía pueda existir? Además, prefiero que mi país de la imagen de que tenemos políticos imbéciles que, supuestamente, intentan sacarnos de una mala situación económica que el hecho de tener un rey que se va a países de África a cazar Elefantes mientras todos estamos aquí en crisis. Otra de las cosas por las que creo que una 3ª república es necesaria, es que es el tipo de gobierno del 90% de Europa, y al menos el 60% del mundo entero, así que lo que dicen algunos de que es un sistema político inviable es absurdo. Por mi parte, creo que sería un sistema más adecuado al pensamiento actual de los españoles, y nos ahorraríamos bastante dinero al no tener que mantener a una familia entera de personas que no hacen, literalmente, nada por nosotros. Que ellos también intenten buscar trabajo, que para eso han estudiado en las mejores Universidades para sacarse sus títulos, ¿no? No solo por diversión. Lo que si que me da miedo de esta situación, es que termine en otra Guerra Nacional, no me parece necesario para decidir que sucederá con el país, se supone que somos democráticos, pues que opine el pueblo que es lo que quiere.


Bueno, pues eso es todo por hoy, ¡un saludo, patatas!

sábado, 19 de abril de 2014

Microrrelato depresivo(?)

<<Bajas la cabeza y miras tus venas. ¿Lo oyes? ¿Puedes sentirlo? Es tu sangre recorriendo tu cuerpo, con fuerza, con ansias, con ganas de salir. Notas cada latido, cada odioso y palpitante latido. No sale de tu cabeza. Miras atentamente tu muñeca, ¿Que se sentía al cortase? No puedes dejar de pensarlo, tu mente ya lo ha borrado de sus recuerdos. ¿Y si...? No, no. Esta mal y lo sabes, no debes ni pensarlo. Sacudes la cabeza e intentas centrarte en otra cosa, pero vuelve a tu pensamiento una y otra vez. Es un desfile de malas ideas, de malos recuerdos, que te hacen enfurecer, te hacen sentir mal. Pero esta vez no, esta vez hay motivos para no hacerlo, ¿o no? Esta vez eres más fuerte... esta vez es diferente... o eso te repites. Pero no sale de tu cabeza. Miras las tijeras de la mesa... y apartas la vista rápidamente. No. Hoy no. Hoy toca sonreír. Toca dejar el pasado atrás y ser tu mismo.>>

jueves, 17 de abril de 2014

Infancia, ese lejano pasado.

¡Buenos días, patatas! Pido perdón por tener esto condenadamente abandonado, a veces no se sobre que escribiros D: pero bueno, ayer hablando con mis amoríos del grupo de WA de LNR, surgió el tema de las series de nuestra infancia, y oye, pues se me ha ocurrido hablar de eso, de la infancia. La infancia esta para unos mas lejos que para otros, y la mía, sinceramente, cada vez esta mas lejos. En un mes cumpliré 19, me hago vieja, y eso me hace echar de menos el pasado. Bueno, vamos a empezar por las series. ¿Quien no ha visto la tele aunque fuese durante veinte minutos en su infancia? ¡¿QUIEN?!

Bueno, yo de pequeña vi una cantidad de series increíbles, y es irónico, porque yo recuerdo pasarme el día en la calle, pero bueno. Voy a hacer una lista de las series que veía yo, algunas aún las veo, y que amé, amo y amaré con todo mi corazón el resto de mi existencia.

-Dragon Ball: Todas las temporadas. Dragon Ball es la infancia del 95% de los niños del mundo, si no más. ¿Quien no recuerda al señorito Goku transformándose en super saiyan o fusionandose con Vegeta?

-Shaman King: Este anime japones es bastante menos conocido, pero Yoh Asakura, Anna, Horohoro, Manta, Ren Tao, Lyserg y Amidamaru se quedaron en mi corazón para siempre. Es un anime que echaban en Fox Kids, y en Jetix cuando cambió de nombre. Es una serie sobe Shamanes. Cada Shaman tiene un espíritu acompañante, y pueden fusionar sus almas para luchar, o fusionar el alma de su acompañante a un arma. La historia narra como Yoh aspira a convertirse en el rey de los Shamanes, ganando el Torneo de los Shamanes que se celebra cada milenio, y toca justo en ese año. Participando, conocerá a un montón de jóvenes con sus mismos sueños, y algunos serán amigos, pero otros muchos pasaran a ser enemigos. Esta serie era tan bestial que me la veo al menos una vez al año.

-Shinzo: Esta serie si se que es poco conocida, pero es de las que más me marcó en infancia. Va sobre la ultima humana del mundo, que fue criogenizada para despertar 100 años después, porque había una guerra bestial y era un ser humano puro y bondadoso, pero hay un error en la maquina y despierta mil años después. Cuando despierta, se encuentra con un mundo postapocaliptico, lleno de unos seres mutantes llamados Enterranos, y todos intentan cazarla o matarla, por ser la única humana del mundo. En uno de esos ataques, la salva Mushra, un SuperEnterrano (tiene la capacidad de "evolucionar", de transformarse en un superguerrero) que es buscado por todo el mundo porque no hay nadie que le venza, y como es un cabeza loca y solo le interesa pelear, decide ayudarla a sobrevivir y a llegar a Shinzo, el lugar al que su padre le dijo que debía ir cuando se despertase porque allí estaban todos los humanos.

-Pokemon: Las dos primeras temporadas y todas las peliculas. ¿Quien no ha visto Pokemon o ha jugado alguna vez en una nintendo? ¿Quien no recuerda a Pikachu electrocutando a Ash porque no quería irse con él, y como Ash le salva la vida? ¿Quien no recuerda en la primera película la escena en la que petrifican a Ash y todos los Pokemon lloran? Si no lloraste con eso, amigo, de verdad, ¿que hiciste en tu infancia?

-Digimon: Todas las temporadas. Para simbolizar lo epico de esto es necesario poner el Opening de mi temporada favorita. https://www.youtube.com/watch?v=IQir2ihMXLQ Es que es épico. ¡ÉPICO! Dios, yo hasta tenía el tamagochi. ¿Quien no recuerda a Agumon? ¿O el epico momento en el que Guilmon, ese Digimon inventado por un crío, consigue digievolucionar por fin? Y, ¿que decir de la banda sonora? Increíble. Admitiré (por favor Mamá no leas esto), que se supone que a mi no me dejaron verlo hasta los doce años, porque mi madre decía que era mucho más violento que pokemon, pero mis hermanos y yo lo veíamos cada tarde a escondidas mientras ella dormía. Soy una patata rebelde.

-Dinozaurs y Dinosaur King: Estas series yo no se si son conocidas o no, pero son las culpables de mi gran obsesión con los dinosaurios y de que tenga un blog sobre ellos. La primera va sobre unos dinosaurios que luchan por salvar el mundo, la segunda sobre unos mini dinosaurios que han sido revividos, y van con unos niños, y luchan en plan digimon y no se, molaba muchísimo.

-MegaMan: Esta tampoco se si era conocida, solo se que tengo todos los videojuegos y un PET, y esta serie era un vicio. Es sobre un mundo futurista en el que todo esta informatizado, y la gente tiene "PET", que son unos ordenadores chiquititos y personalizados, donde dentro hay un Naby (no se bien como se escribe, perdón), que es un personaje informático, personalizado o no, que te recuerda las tareas de tu agenda y esta ahí para ir por la red y ayudarte en tu día a dia, también sirven para pelear entre ellos en batallas virtuales, y la serie va sobre un chico, su Naby y sus amigos, que intentan salvar el mundo de Los Tres Mundiales, unos hombres que intentan destruir toda la red informática y apoderarse del mundo. Solo añadiré... ¡CONEXIÓN, MEGAMAN! (Quien lo haya visto lo entenderá)

-Yu-Gi-Oh!: Las dos primeras temporadas. Esta serie era un vicio para mi, creo que tengo toda la colección de cartas, y por ello me pasé a las Magic, que son como millones de veces mas elaboradas.

-El oso Yogui: esto ya se sale del dibujo japones, pero en serio, ¿quien no ha visto esta serie de pequeño? *----*

Bueno, esas son de mis favoritas, pero también he visto Scooby Doo, Iron Kid, One pice, Fairy Tail, (yo no vi Naruto, no me gustaba), Doremi, Doraemon, Monster Rancher, Phil del futuro, Transformers Armada, Totally spies, Kimm possible, Flint... y dios, muchísimas más. Si queréis podéis dejar comentarios con las series que visteis y las comentamos, o preguntarme algo en ask. Bueno, pues eso es todo de momento, en un rato, o mañana, pondré un post sobre los videojuegos de mi infancia.

¡Un saludo y pasad un buen día, patatas!

domingo, 23 de marzo de 2014

Hola pequeñas patatas.

Bueno, llevo bastante tiempo sin escribir, y pido perdón u.u, he estado ocupada con exámenes y estudios, peor ya estoy de vuelta. Hoy vengo a informar básicamente, de que estoy empezando a escribir en serio una novela. No es como todo lo que escribo, ni siquiera es fantasía. La historia no ha sucedido de verdad, pero no hay magia ni nada de ciencia ficción, va, básicamente, sobre bulling, sentirse solo e incomprendido, y de como a pesar de todo, si se aguanta lo suficiente, se puede terminar saliendo de todo eso. Y en fin, eso. No voy a publicarla aquí, esta novela voy a pulirla bien y a intentar publicarla. Os dejo un pequeño resumen sobre que va, y os añado un microrrelato que escribí hace unas semanas (no tiene nada que ver con la novela, básicamente es por rellenar):

"Lady Ann" es una chica de quince años que vive en el ala psiquiátrica de un hospital. Hace dos meses que intentó suicidarse. Sus médicos llevan semanas insistiéndola en que debe tomarse los antidepresivos, y escribir en un pequeño cuaderno todo lo que siente, pero ella no quiere. Cierto día, conoce a una chica y a su hermano pequeño. Ella esta ingresada una planta más abajo, en la de trastornos alimenticios, y su hermano va a verla todos los días. Tras eso, decide que es buena idea escribir en el cuaderno, pero no lo que siente, si no escribir su vida, contar su historia, mostrando el mundo tal y como ella lo ve."

Bueno, pues esa sería la sinopsis, básicamente. Tampoco os impacientéis ni nada, es probable que no lo termine hasta dentro de un mes o así, y a menos que me lo publiquen, no creo que salga a la luz. Os dejo el microrrelato.

La niebla matutina descendía con lentitud por la ladera, impidiendo que el sol rozase con sus rayos el suelo. El frío se colaba por todos los rincones de la ciudad, especialmente en el puerto que bordeaba la pequeña costa del Mar Frío de Glesisus, que daba nombre a aquel lugar. Los habitantes, comerciantes y viajeros que pasaban por las calles adoquinadas, llenas de edificios, llevaban ya una semana sin ver la luz del día, y lo que era aún peor: sin ver la nieve. Era raro que la nieve no cayese cada día desde el cielo, y aún más en el invierno. Sam no recordaba la ciudad sin nieve, es más, nunca nadie la había visto tan seca y grisácea. Era como si el verano hubiese llegado, salvo porque en verano también estaba todo inundado de aquel místico polvo blanco que les había caracterizado desde que la historia existía. Sin nieve, la ciudad iba a perder todo su esplendor y su magia, y los Jefes de la Mazmorra iban a morir, yéndose todo a pique. ¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Por qué el clima había cambiado de pronto? El cielo se oscureció por un manto de nubes negras en ese instante, y un joven encapuchado puso sus pies en la puerta norte de la ciudad. Miró a un lado y a otro de la muralla, y, si se le hubiese visto la cara, se habría podido observar una sonrisa lobuna. Un trueno rompió el silencio, y el brillo de un relámpago deslumbró en la niebla, dejándolo todo morado durante unas decimas de segundo. La gente miró al cielo, pero apenas lograron ver los tejados de las casas y el final de los edificios que se extendían ante ellos. El mundo estaba oscuro, y el mal se cernía poco a poco sobre él.

¡Pasad un buen día, patatas!

sábado, 1 de marzo de 2014

Música.

Todo esta oscuro bajo mis parpados. Los gritos de jubilo e impaciencia de la muchedumbre me hacen sentir la presión y le emoción del momento. Siento como todo mi cuerpo se encrespa, y acaricio el mastil de la guitarra que llevo colgada a los hombros. La cojo con cariño y dulzura, mostrandole el amor que siento por ella, y aprieto la pua con los dedos de mi mano derecha, mientras la acerco suavemente a las cuerdas. Los nervios me comen por dentro. Abro los ojos y todo sigue igual de oscuro, pues las luces del escenario estan aun apagadas. Rasgo la primera cuerda, con cuidado, como si me diese miedo meter la pata, y comienzo con el dulce y suave punteo de la canción. Aquella canción que me había dado tanto, que habia significado todo, y que era de un grupo que me había salvado la vida. Todo se había quedado en silencio, solo se escuchaba mi guitarra, imitando el sonido del piano de la canción original. Siento una punzada en la garganta: las palabras necesitan salir. Me acerco al microfono. A cada segundo, a cada nota, los nervios desaparecen para dar paso a una felicidad indecriptible. La letra de la canción empieza a salir por mi boca, en un debil susurro, que se va haciendo mas fuerte con la seguridad que voy sintiendo. No puedo equivocarme. El extasis que siento me hace temblar un poco, pero me aferro al mastil, vuevo a cerrar los ojos y dejo que la vida que me da la música corra por mis venas. Nada como acariciar mi pequeña Flying V me hace sentir tan viva. El resto de instrumentos me acompañan, suenan con la misma fuerza, pero a la vez son tan lejanos. Yo y mi guitarra. Yo y la música. Es esa clase de amor intangible que sabes que esta ahí siempre, y que sientes la necesidad de expresar mediante las cuerdas, los trastes y la pua. Sois uno en dos. Un alma dividida en una persona y un instrumento. Solo te sientes completa cuando estas tocando. Siento como poco a poco mi corazón se acelera, sumergido en aquel precioso instante. Ese momento en el que sientes que no podrías estar haciendo nada mejor con tu tiempo. Ese momento en el que tu, entera, te sientes música... abro los ojos. La cancion ha terminado y estoy tumbada sobre la cama, con los cascos puestos. Giro la cabeza y miro a mi guitarra, posada en la esquina. "Pronto. Pronto sera real, pequeña" le susurro mentalmente mientras me incorporo. Cuando no estoy tocando, sueño con tocar, y aunque no cante, las letras de las canciones que mi mente teje fluyen por mis venas hacia mi mano, deseando salir. Ya me he inspirado suficiente. Me pongo en pie y me acerco a la mesa. Me siento en la silla y cojo un lapiz y un boli. Hago seis lineas paralelas, escribo debajo de todas ellas unas frases, cojo la guitarra y comienzo a dejar salir todo lo que llevo dentro. Pasan las horas, voy puliendo la música, mejorandola, hasta que todo encaja y termino. Dejo todo en su lugar y cojo la hoja con una sonrisa. La guardo en el archivador. Es mia, mi música, mi alma. Aunque no suenen del todo bien, aunque no sean buenas, son mi orgullo, mi vida y un trozo de mi corazón. Probablemente nadie las lea siquiera, y mucho menos las escuche, pero en mi mente y en mi archivador estan comodas y felices, pues existen y eso ya es suficiente para mi y para mi guitarra.
Bueno, pues no se, estaba tocando la guitarra y se me ha ocurrido. Nada más que alegar. ¡Un saludo, patatas!

domingo, 23 de febrero de 2014

Cosas que se me ocurren

Oscuridad. Todo estaba en silencio. En un silencio interrumpido por el fuerte goteo del agua, que lo convertia en un silencio abrumador. No sentia ni el pestañeo de mis ojos. Alzo el brazo derecho, en busca de algo, pero choco a los pocos milimetros con algo. El agobio es cada vez mas intenso. Golpeo con los puños, intento girarme, pero estoy en una especie de caja. Grito, grito con todas mis fuerzas, se que lo llevo haciendo varios minutos, me duele la garganta del esfuerzo, y aun asi, no he escuchado mi voz ni un solo segundo. ¿Que pasa? ¿Que sucede? No se donde estoy. El vacio y la nada me consumen poco a poco, y la desesperacion deja paso a la frustracion, y termino por resignarme, apoyo los brazos sobre mis costado y lloro. Es curioso, no siento mis lagrimas resbalar por mi cara. No recuerdo nada. El goteo sigue insistiendome, y entonces me doy cuenta. Toco mi cuello... mi cabeza no esta. Lo que gotea es mi sangre. ¿Como puedo oirlo si estoy muerto, si ni tengo orejas? ¿Me habran enterrado? Claro, tiene sentido, estoy en mi ataud pero... ¿por que he podido mover los brazos? No lo entiendo. No tiene sentido... y si... ¿y si esto es lo que pasa cuando mueres? Que relamnete sigues consciente, mientras los gusanos se apoderan de tu cuerpo. Que te incineren debe doler mucho. ¿Que pasara cuando ya no me quede carne ni organos? No tengo cerebro y sigo pensando, sigo sintiendo... y de pronto me despierto.
Estoy en mo cama y me levanto con rapidez. Me pongo en pie y me miro de arriba abajo. Agarro con mis manos mi cabeza, mi preciosa cabeza, y caigo al suelo de rodillas. Me echo a llorar mientras me hago un ovillo en el suelo, me abarzo las piernas. Vivo. Estoy vivo, ioder. Que puto alivio. Vuelvo a comprobar de nuevo que mi cuerpo este intacto, y paso rozando mi brazo izquierdo con la mano derecha, y rasgueo con los dedos el contorno de los puntos que cubren mi muñeca. Soy gilipollas. Vivir no esta tan mal, aunque se sufra, vida tenemos solo una y ademas... ¿que nos espera despues? No quiero saberlo, me niego. Me niego rotundamente. Desde aquel día las pesadillas son mas y mas intensas. Tengo tanto panico. Fueron unos segundos, estuve al otro lado, y no habia nada. Desperte de nuevo en el suelo tras dormir, y no habia nada en medio. Nada hasta que me reanimaron...
El miedo a la muerte. Eso es lo que tiene el ser humano desde que empezo a ser consciente. Por este miedo se crearon las religiones. Por este mismo niedo hay gente que se suicida, aunque parezca ironico. Agobia tanto pensar en ello. ¿Que se siente al no sebtir nada? Obviamente contestareis que nada, pero seguro que os habeis hecho la pregunta. Simplemente todo desaparece, con suerte, hasta que os reaniman, y os lo digo por propia experiencia. Al menos yo la vez que mas cerca estuve no senti nada, y es que no habia nada, no recurrdo nada, solo es un lapsus, como si el tiempo ahi no hubiese pasado. A veces por la noche me asaltan las pesadillas con la parca, esa adorable amiga que se nos termina llevando a todos tarde o temprano, y entonces me rallo al despertarme. Intento sentir lo que es no sentir nada, y se me oprime el pecho, me quedo sin aire, le doy vueltas a todo y me deprimo hasta tal punto que termino llorando y golpeando la almohada. En la vida se sufre, si, claro, es parte de ello. La gente viene y se va, nos traicionan o simplemente nos distanciamos sin motivos. Y tambien traicionamos, aunque sea sin querer. Es nuesta naturaleza. Pero tambien hay sonrisas y alegria y... y aunque sea solo a ratos merece la pena aguantar la vida por eso. Nunca sabemos que nos puede esperar, los planes siempre salen mal porque el simple hecho de existir ya es imprevisible. No os agobieis pensando en la muerte, esperandola, pero tampoco os agobieis por no poder vivir suficiente. Esforzaos por cumplir vuestros sueños y estad con los que quereir, lo que tenga que pasar pasara, y no podreis evitarlo, asi que es mejor no pensar en ello, no rayarse, aunque a veces sea dificil. Carpe diem, si, pero no olvideis que teneis que vivir al dia cuidando que podais seguir viviendo al dia en un futuro, es decir, evitar cosas que os perjudiquen.
Bueno, no se, aqui os dejo esto, escrito desde mi movil. ¡Un saludo, patatas! Y que la fuerza os acompañe.

viernes, 21 de febrero de 2014

Pequeño relato.

Peter Pan respiraba sin pensar, y Wendy solo pensaba en respirar, tal vez por eso eran una pareja perfecta. Wendy soñaba con él sin querer, y el solo quería soñar con ella. Wendy sonreía sin proponerselo, y Peter Pan sonreía con el único propósito de hacerla feliz. Claro que no eran el Peter Pan y la Wendy del cuento, pero sus almas si, y se habían reencontrado después de tantos años. El alma de Wendy había vagado por el mundo ne busca del lugar y el momento preciso en el que volver a nacer, y el alma de Peter no era entera el alma de Peter, pues Peter Pan no crece, no muere y no puede reencarnarse, pero una mitad había muerto cuando Wendy había crecido, y solo había muerto para ir en su busqueda, y ahora que se habían encontrad, volvía a ser el alma entera de Peter Pan. Ambos esperaban con ansia que Campanilla o cualquier otro hada les encontrase, para que les llevase volando a Nunca Jamas y poder vivir allí eternamente, aunque, esta vez, Peter estaba dispuesto a crecer con Wendy: lo veía como la aventura más increíble y fascinante del universo. La más divertida. Con cada beso, cada caricia, cada mirada y cada abrazo le parecía más fascinante la idea, y le gustaba más. Solo crecería si es con ella, aunque sus almas siempre seguirían siendo las de unos niños, y siempre se buscarían en el paso del tiempo para poder vivir todo juntos. Da igual si como chico y chica, chica y chica, chico y chico. Siempre se buscarían y se encontrarían: era el destino. Peter Pan pensaba en ella a cada segundo, y Wendy adoraba cada segundo por poder pensar en Peter. Era perfecto. Era armonía. Era como si de verdad todas las estrellas se hubiesen alineado para que por fin, 18 años de Peter y 17 años de Wendy, fuesen plenamente felices. Muchos no creéis en el destino, y antes de darse cuenta de quienes eran, al conocerse, ellas tampoco lo creían, pero las cosas pasan, los pensamientos y las ideas cambian, pero los sentimientos verdaderos no, y por eso sus almas se habían podido reencontrar. 


No es muy largo, y no se, se me ocurrió esta mañana. Ayer estaba hablando con Guille, el estaba en el metro de Barcelona, y se le acabó la batería, y nada más alzar la vista se topó con un cartel en catalán de la Federación española de Fibrosis Quistica, y lo primero que hizo fue pensar en nosotras. En el cartel salía un niño, y una frase: ''Tu respiras sin pensar, yo solo pienso en respirar'', y entonces apuntó mentalmente la frase adaptada y me la dijo después: "Peter Pan respiraba sin pensar, y Wendy solo pensaba en respirar, tal vez por eso eran una pareja perfecta. " Una frase preciosa, ajustada y perfecta, y bueno, esta mañana, recordándola con cariño, se me ocurrió esto, así que lo escribí.

Que nada nunca o impida realizar vuestros sueños, nunca os rindáis, y nunca ceséis en querer a quienes quereis por muchos problemas que haya, os necesitan. ¡Un saludo, patatas!

lunes, 17 de febrero de 2014

¿Que habría pasado si...?

Bueno, hoy estoy con migraña así que como de costumbre me he puesto a replantearme mi vida y lo que siento por todo el mundo, y me ha dado por pensar en que habría sido de mi si cierta persona no hubiese sobrevivido a cierta cosa que hizo, y he escrito un pequeño relato:

        <<<<<—Que no joder, que me dejes en paz de una vez—dijo apartando con fuerza el brazo de su amigo que le ofrecía el mando de la consola. Habían quedado tres horas antes para comer pizza y ver la televisión, pero como de costumbre sus cuatro amigos le habían cogido la Xbox y llevaban todo el rato ignorándole, hasta ahora, que Max se había ido para recoger a su novia y les faltaba un jugador.

      —Coño, hazlo por nosotros, solo una partida, ¿vale? ¿Qué te cuesta? Si la Game Boy te encantaba cuando eras un puto crío. ¿Cuándo te has vuelto tan soso y borde? No hay quien te soporte—Le dijo San, que era el que le ofrecía jugar, con un tono cansado propio de aquellos que han visto como uno de sus mejores amigos cambia completamente en cuestión de años para ser alguien horrible.

      —No me gustan los videojuegos—contestó levantándose y cogiendo la chaqueta: no soportaba ni un segundo más allí dentro, y eso que era su piso—es una forma absurda de perder el poco tiempo que tenemos de vida.

      —Es una buena forma de olvidar los problemas y entretenerse, tío. Desde el accidente no se en quien te has convertido. Tu hasta te ganabas la vida con esto, subiendo gameplays a Youtube. ¿Dónde se ha quedado la chica friki que conocíamos?

      Se quedó en silencio, observándoles, mientras por la mente se le pasaban los recuerdos: Saltó desde aquel puente. Se había tirado meses planteándoselo, pero nunca había tenido valor para hacerlo. ¿Qué había cambiado, entonces, aquel 25 de diciembre en el que se suponía que debía estar contento porque le habían regalado la guitarra de sus sueños? Era sencillo entenderlo: ella. Una mujer. Siempre era por una mujer. No la conocía directamente, solo había oído hablar de ella a su mejor amigo, a aquel que consideraba su verdadero hermano aunque no compartiesen sangre. Aquel que había saltado antes que ella al frío vacío de la muerte, a la nada, al olvido, aunque ella jamás iba a olvidarle. Era prima de su mejor amigo, y le había traicionado. Él había estado enamorado de ella, y ella había jugado con sus sentimientos. Había sucedido en verano. Ella tenía a su novia, y él estaba por su prima, y hablaban a diario. Había sido el mejor verano de su historia, aunque la peor relación amorosa de su vida. Las dos habían sido unas putas, nada más que alegar, y nadie que oyese la historia les habría llevado la contraria. Su novia había jugado con ella como le había dado la gana, y le había hecho perder la esperanza en la vida y el amor, y a él le había pasado lo mismo, pero se tenían el uno al otro. Se contaban los problemas y se aconsejaban, incluso cuando los dos querían morirse animaban al otro. Eso era amistad. Eso era por lo que valía la pena vivir. Pero él lo había hecho, se había despedido y había saltado, y ella no había podido soportarlo. Lo intentó durante cuatro meses, con todas sus fuerzas. Pero se sentía sola, vacía. Nadie la comprendía. Ni siquiera era capaz de entrar en clase porque para ella su futuro era vivir con él en un piso cuando fuesen a la Uni y ser escritores juntos. Siempre tenía ganas de llorar ahora, siempre, y ni siquiera era capaz de escribir un par de líneas. Así que ese puñetero 25 de diciembre decidió saltar del puente. Y no había servido de nada, joder, ¡de nada! Había sobrevivido, y las máximas secuelas que tenía ahora eran las rojizas cicatrices de su espalda del planchazo que se había dado contra el maldito agua del río, pero estaba harta. Había vuelto a intentarlo, por ellos cuatro, por sus amigos, que también habían sido amigos de él, pero no hermanos, así que no lo entendían.

      Se dio la vuelta sin decir nada y salió al pasillo, cerrando de un portazo: iba a seguir sus pasos. Le daba tanta pereza todo que cogió el ascensor y pulso el numero 13, que era el numero de la azotea hasta la que llegaba el edificio. Tardó cinco segundos, cinco largos segundos. “No debería hacerlo, joder. No es justo. Todos se sentirán como me sentía yo. ¿Voy a condenarlos a todos a una muerte en vida? Pero tampoco es justo por mí, coño. No siento nada, absolutamente nada. Es horrible, es un vacio en mi interior. No sonrío, no como, no duermo. Ni siquiera pienso en chicas, nada me gusta. Escribir solo sirve para desgarrarme un alma más, pero era mi pasión. Es lo mejor. Debo hacerlo. Así ya nadie cargara más conmigo. Total, dudo que haya nadie para mi en esta vida.” Tras esos pensamientos se encontraba ya de pie sobre el bordillo. Abajo, en la calle, los coches circulaban a gran velocidad, o eso le parecía a ella. El tiempo se paró en aquel día y no volvió a correr nunca, ni lo volvería a hacer. Se quitó la chaqueta de U2 que le habían comprado semanas atrás para intentar animarla, pues era demasiado bonita como para mancharla con su sangre, y tras dejarla en el suelo ni siquiera espero. Dio un salto, y a pesar de que era lo que todo el mundo decía, ella no vio su vida pasar por delante, no pensó en nada ni en nadie, solo en que por dios hubiese algo al otro lado donde pudiese reunirse con él, y donde poder empezar de 0, y luchar de verdad por su felicidad. No sintió nada cuando llego al suelo y chocó contra el asfalto, nada más que un dolor agudo que duro un segundo, el segundo en que tardo su cabeza en aplastarse. Y nadie volvió a saber nada de ella, y ella no volvió a saber nada de nadie. Y jamás nunca volvió a sufrir, ni a sentir, ni a dormir, comer, soñar, respirar. No volvió a hacer nada. O al menos que ella recordase, pues la muerte es eso. Muerte. Dejar de vivir, dejar de hacer las cosas que se hacen cuando uno esta vivo.>>>>>

Pues eso es. La reflexión a la que he llegado hoy es que definitivamente el destino debe existir, porque nada de eso paso, y yo he conocido a la chica más perfecta del Universo, y él va remontando poco a poco. También porque tengo un perro precioso y adorable, que había muerto de no adoptarlo yo. También porque ni mis padres, ni los suyos, ni nadie de nuestro alrededor se merece eso. Pero a la vez he llegado a la conclusión de que la vida es una puta mierda, y hace que las cosas buenas les lleguen tarde a las personas buenas, haciéndolas sufrir lo inimaginable, y que las cosas malas les pasen tarde o no les pasen a las personas malas. Y eso es todo por hoy, de momento. Tal vez escriba algo luego. 

Bueno, ¿no os habéis planteado nunca los típicos ''¿que habría pasado si...''? Yo si, a diario. Pero bueno. Y eso es todo por hoy, de momento. Tal vez escriba algo luego. 

¡Un saludo, patatas!

domingo, 16 de febrero de 2014

Amor

Se que es un tema sobre el que todo el mundo escribe alguna vez, incluso sin estar enamorado, pero anoche hablando con mi señorito Pakidermo, mi Bro y mi mejor amigo, surgió el tema. Me contó que sentía por la chica de la que cree estar enamorado, y yo le conté que para mi eso es que te guste alguien, y me pidió que le contase que es estar enamorado, porque yo, sin duda, lo estoy (y añadiré por aquí entre parentesis que de la chica más alucinante, guapa, adorable, divertida, inteligente, fascinante, curiosa, preguntona, mona y perfecta del universo, y soy la chica más afortunada del mundo.), así que se lo conté, y me apetece escribirlo y alargarlo:

Una de las cosas que me dijo es que enamorarse es hacer de alguien tu mundo, y contestándole a eso comencé. Enamorarte es que alguien sea tu mundo, no hacer que lo sea. No hay ni un solo esfuerzo que pongas tu en ello, simplemente lo es cada segundo, y a la vez es un inquilino más del mundo que esa persona es para ti. Hagas lo que hagas, te encuentras pensando en ella, hasta cosas de las que no habéis hablado nunca hacen que ella este en tu mente. Es saber hacer dos cosas: pensar en ella y hacer tu vida. Es ser capaz de prestar toda tu atención a tus amigos y que a la vez ella este flotando entre tus ideas. Es que te acompañe cada segundo sin que este contigo. Es tener la sensación de que conoces a la persona de toda la vida, y que de antes del día de conocerla todo sea borroso. Enamorarte es centrarte en su felicidad. En que si ves un tuit suyo con "que ganas tenia de ver a no se quien, ha sido un día genial", no te de celos ni envidia, si no que te haga sonreír de forma increíble y corras a preguntarle que ha hecho, y que se explaye felizmente contándote con toda confianza y pasión cada detalle, porque también siente eso por ti y quiere que sepas todo de su vida, al igual que tu quieres que lo sepa todo de la tuya. Estar enamorad@ es localizar en las canciones tristes una frase bonita que dedicarle. Es que te mueras por besarla y abrazarla, pero si no te besa ni te abraza sigues igual de feliz porque has estado con ella. Es que si ella te contesta "mal" a un "¿que tal?" todo lo bueno del día pierde importancia pero gana fuerza para animarla. Que tu mundo cae hasta el fondo por esa respuesta pero sigue intacto, porque ha bajado hasta el fondo para agarrarla de la mano y volver a subirla al cielo. Es que te pases el día pensando que decirla y que al final no le digas nunca nada de lo que has pensado porque se te olvida cuando te dice ''hola''. Es que sientas pasión, amor, desenfreno y prisas por conocerla, que pongas toda tu mente y tus sentidos a su disposición en cada conversación que tenéis. Es que los temas nunca se acaben, y que cada día, en cada conversación, mientras habláis de todo lo que no tiene importancia y hacéis transparentes vuestras almas, corazones y personalidades para el otro, os recordarais cada segundo lo maravilloso que es el otro para ti y cada vez sonríes ante eso con mas intensidad, y mientras te contesta, releer sus mensajes hasta aprendértelos de memoria. Estar enamorado es algo incondicional. Es que si no es tu pareja duele pero no te da miedo. Que da igual si le ves sonriendo con otr@, que quema pero sonríes y no te alejas porque quieres estar en su vida aunque no seas su vida. Es que si sois pareja te parece tan mágico decir que es tu novia que parece irreal, y se te hace raro e increíble y lo dices con nerviosismo y una sonrisa, como si el solo decirlo lo hiciese inmortal. Que cada vez que la ves nada importa, nada. Que pones en silencio el móvil y no lo miras hasta que te vas, y lo primero que miras en el móvil es vuestra conversación de antes de veros. Que cuando te abraza el tiempo se para y transcurre a la vez a gran velocidad. Que si te da un beso en la mejilla te pones tan roja y rabiosa de alegría que quieres saltar, gritar y abrazar cosas. Y que cuando sus labios rozan los tuyos vuelas, y no oyes ni sientes nada mas que sus besos y sus manos rozando tu cuello y acariciando tu pelo. Que aunque te tires horas besándola sabe a tan poco que rogas por una eternidad pegada a sus labios. Que quieres protegerle por encima de todo. Que le sacarías de la cárcel sin dudarlo. Que si le apuntan con un arma tu te pones delante para que pueda huir. Que si tiene un problema cierras todo lo que tienes abierto en el ordenador, pones todo en silencio y le das cada segundo de atención,  le dices lo que piensas y sientes ante la situación mezclandolo con la elaborada trama mental que te has creado de que harías tu en esa situación, y terminas con un "si te faltan fuerzas coge las mía". Cuando te enamoras, te enamoras y lo sabes de una forma tan cierta que el resto de lo que has sentido te parecen cosas insípidas y absurdas. Cuando te enamoras por primera vez rememoras tu vida y te cuestionas todo y te das cuenta enseguida de que nunca lo habías estado. Enamorarte es poder pasarte siglos hablando cómodamente a la gente y sin repetirte de lo que sientes y de lo que es esa persona para ti. Cuando te enamoras, como me contesto el Pakidermo, pasa, y solo tienes que dedicarte a vivir y disfrutar. Cuando te enamoras no te das cuenta, de pronto te despiertas un día, llevas días o semanas hablando con ella, y te quedas mirando la conversación, suspiras y le das vueltas a tu vida, y hablas con tu mejor amigo y le sueltas un "Ha sucedido. Es ella, tiene que serlo", cuando hasta entonces le habías hablado mucho de ella pero no le habías dicho ni que te gustaba, y que tu mejor amigo te conteste al ''Me vuele loca" con un "Te has dado cuenta tu también, ¿verdad?". Hasta tu mascota sabe antes que tu que te has enamorado, porque es tan fuerte e intenso que tu cerebro no se para a pensarlo, simplemente se deja llevar. Estar enamorado es saber casi con certeza que sentir eso por otra persona va a ser imposible, porque ella es perfecta, sencillamente perfecta, en cada matiz, en cada palabra. Hasta en las cosas que no tenéis en común es perfecta y asombrosa. Estar enamorado es, que con cada mirada te sientas inmune al mundo, que en el primer beso te sientas infinito, y mas infinito con el resto. Que seas invencible y que sientas que si ella te da la mano todo, absolutamente todo es posible. Es querer pasar cada segundo con esa persona, pero no únicamente. Es querer que conozca a tu gente, que vaya contigo a cada celebración, y a cada día triste. Es querer compartir con ella todo lo que te gusta, y que comparta contigo todo lo que le gusta y sentirte feliz aunque algunas cosas a ti no te gusten del todo, porque verla sonreír y que se ría es la mayor felicidad que existe. Estar enamorado es una locura. De pronto no lo estabas y abres los ojos y lo estas, y todo tu mundo esta tan patas arriba que el único sentido que le encuentras a tu existencia son sus palabras y sus gestos hacía ti y hacía el resto del mundo. Estar enamorado es maravilloso, es la mayor aventura del mundo. Es sonreír con escuchar su nombre, pero a la vez no necesitarlo para pasarte el día sonriendo porque ya esta ahí, en tu mente, y aunque no pienses de forma consciente un ''¿Que estará haciendo ahora?" tu cerebro lo piensa y le busca respuestas, y de pronto te encuentras en una clase de matemáticas recordando como se sonroja, pero estas seguro de que tu estabas atendiendo y de que te sabes la solución de la ecuación de la pizarra, pero que no logras encontrarla en tu mente porque en algún momento de la explicación has subido a tu nube y te has ido lejos. Estar enamorado es perfecto, y eterno. Es que aunque rompieseis, que el destino y el universo por dios no quieran porque te sentirías completamente perdido, seguirías siendo de sus mejores amigos, dándolo todo por ella, aunque nunca te lo has planteado ni imaginado, eres incapaz de imaginarte que no te diga un ''te quiero'' a la mínima oportunidad, porque eres incapaz de pensar que un día ella no podría estar porque entonces ese día no sería día, sería simplemente un continuo paso del tiempo en la oscuridad. Estar enamorado es todo esto y no es nada de esto, porque aunque explique un millón de veces, en un millón de idiomas, de un millón de formas distintas lo que siento, no podríais ni alcanzar a atisbar los bordes de lo que es estar enamorado. Es inexplicable, y cuanto más intentas explicarlo, más sonríes y estúpida te sientes porque todo se queda corto para describirlo y describirla. Me pasaría horas así, diciéndote que es encontrarle sentido a cada canción, cada poema, cada escrito, cada palabra de amor que has visto u oído en tu vida, o que es morirte de ganas de inventar una maquina del tiempo para estar siempre a su lado, pero no serviría de nada, porque solo sonaría maravilloso y mágico, y esas palabras no describen ni el 1% de lo que es. Para saber que es estar enamorado, hay que estar enamorado. Y yo estoy más enamorada de lo que creí que se pudiese estar. Simplemente la quiero, pero se quedan esas palabras tan cortas, a la vez que ella ha hecho que cobren un nuevo significado único, increíble, legendario, desbastador, mágico e invencible.

Bueno, pues con esto me despido de momento, espero que lo disfrutéis. ¡un saludo, patatas!




martes, 11 de febrero de 2014

Microrelatos y canciones nocturnas.

Bueno, pues voy a escribir lo que se me ocurrió anoche, que estaba inspirada. Son dos microrelatos, cada uno con una frase que me dijo Luz. Lo otro es un trozo de canción que me falta por terminar que es obvio que es para mi Pequeña Wendy:

Y es que me perdí buscando a quien no era,
pero te encontré sin querer camino de la histeria.
Acurrucada en tu rincón, tus palabras vuelan.
Tu mirada iluminada es ahora lo que suena.

Yo también pedí deseos cada noche a una estrella,
y sin venir a cuento una hoy me dio respuesta.
Que es tus besos lo que mi corazón anhela.
Cada día un trocito mas de él te llevas.

Simplificando mis palabras te lo aclaro,
que te quiero como a  nadie en esta tierra.
La vida sin ti oscura y triste se queda.
Tu voz es para mi lo que me lleva.

Si tuviese tu sonrisa todo el día presente,
moriría feliz por la belleza que se siente.
Tus ojitos, princesita, son mis estrellas.
Que no lloren por favor si no es de risa o de sorpresa.

Bueno, pues esa es la letra de la canción, ahora los dos microrelatos:

En la inmensidad de la noche los sonidos huecos alimentan tu sueño y agitan tu alma. Cierras los parpados. La oscuridad lo ha consumido todo y los crujidos de la madera el suelo te hacen encresparte. ¿Habrá alguien acercándose a ti, o sera el frío que le hace contraerse? Algo se resquebraja en ti. Un dolor agudo en tu pierna. Sientes el frío del metal recorrer tu muslo y el aliento de la muerte acaricia tu rostro. Más dolor, esta vez en tu tripa. Notas como algo, un liquido caliente, recorre tu vientre en dirección a la cama. Esta todo vació en ti, y a la vez tan lleno de furia. no puedes moverte por el pánico, y entonces el roce del cuchillo termina en tu cuello, dejando que la sabia y caprichosa muerte se apodere de ti.

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Alza tu voz con el viento, desata los gritos de presidio, encerrados en tu cuerpo, haz salir al sol en la larga oscuridad, haz que arda el frío y trae al amanecer dorado. Desgarra con tus pensamientos todo lo que sientes y déjalo flotar por el aire. Nada importa, pues nadie nos entiende. Ponte en pie y levanta los puños: ¡Lucha, no te rindas! Será nuestro grito de guerra. La distancia nos separa pero nuestros corazones están cosidos, pues lo que sentimos es mas fuerte que un huracán o una erupción. Salta de tu realidad, salta de tu vida y el estrés. Corre por tus sueños y rompe con la imaginación las barreras que te lo impiden. Desatate de la sociedad y vuela conmigo hasta cumplir lo que queramos, seamos felices, persigamos el viento y las risas.
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Eso es lo que se me ocurrió anoche, espero que os guste.
¡Un saludo, patatas!

domingo, 9 de febrero de 2014

Rayadas mentales

Lo primero e todo os advertire de que esta entrada no va a tener ni pies ni cabeza, que no voy a molestarme en redactarla bien ni ordenarla, que simplemente voy a plasmar todo lo que se me esta pasando por la cabeza.

¿Que cojones es la vida? Desde pequeñitos siempre nos dicen que la vida es un regalo (si estáis en una familia religiosa, un regalo de dios). Si, claro, las narices un regalo. Se supone que un regalo es algo completamente bonito, lo mires por donde lo mires, suceda lo que suceda. La vida es como un regalo que te hizo tu novia y con la que no consigues mantener una estabilidad. Cuando estas con ella, ese regalo te parece precioso, lo mejor que existe, pero entonces llegan los problemas y te dan ganas de coger y tirarlo al suelo y pisotearlo hasta que se rompa en pedazos, y lloras, lloras cada vez que recuerdas que lo tienes, que esta ahí, y que no puedes dejar de sentir lo que sientes, y entonces lo solucionáis, o incluso olvidáis el problema y lo guardáis en el fondo de un cajón del armario, con llave, y todo vuelve a ser felicidad, hasta que el tiempo rompe el candado y el aire que entra por la ventana abre de golpe el cajón y todo lo malo que habíais escondido ahí dentro vuelve con más fuerza y te hace preguntarte por que cojones no rompiste ese puñetero regalo cuando tuviste la maldita oportunidad, pero claro, ahora has vivido más cosas bonitas con ese regalo, y duele más deshacerse de él. La vida es eso, es un circulo vicioso, es un cumulo de cosas buenas y de cosas malas, y cuantas mas cosas malas guardas y mas buenas vives, mas duro es que vuelva a suceder algo malo, y más difícil olvidarte de lo bueno. La gente joven se suicida porque no ha vivido suficientes cosas buenas como para que sea tan dificil olvidarse de ellas que merezca la pena quedarse con el regalo, y es una pena, pero es que claro, ¿que puto sentido tiene quedarse con el regalo? O sea, ¿que leches hay tras la vida? ¿A caso recordamos lo que hemos vivido, lo bueno y lo malo? ¿O solo lo bueno, o lo malo, o nada? Entonces, si no recordamos nada o recordamos lo bueno, ¿de que ha servido vivir, a ver? Todos vamos a terminar en el mismo lugar tarde o temprano, por desgracia, porque me encantaría ver la evolución del ser humano hasta que llegue su final, e intentar entenderlo. No estoy deprimida, de hecho estoy feliz, en el punto en el que te has dado cuenta que el circulo vicioso no importa, que no importa vivir cosas malas porque puedes aferrarte al recuerdo de las buenas, y que vales como persona mas de lo que valen todos esos problems y que, joder, que te mereces ser feliz. Me agobia mucho, me agobia la muerte, la tristeza, la posibilidad de quedarme sola. Me agobia que el lado malo de la raya no paré de crecer (escuchad la canción de La raya, de Maldita Nerea, y entenderéis a que viene esto) y que el lado bueno se quede estancado. Hace poco llego a mi vida la persona más increíble que he conocido, y soy inmensamente feliz y no pienso dejar de serlo porque ella me ha enseñado que la vida vale la pena, pero, ¿por que yo? O sea, ¿por que me he enamorado de ella y ella de mi? ¿Por que somos nosotras? No me creo que un puñetero ''Dios'' nos haya creado del barro a su origen y semejanza, porque entonces es el ser mas horrible y espeluznante que puede existir, pero es tan duro pensar que todo es azar, y que todo es posible, lo malo y lo bueno, y que realmente nada decide porque te pasa lo que te pasa ni de que sirve... creo en el destino. Ni Dios, ni azar. Creo que, aunque no encontremos un motivo, todo pasa por algo, y el ser humano es un ser humano por algún motivo, que tenemos algo que hacer en este Universo, algo que aportar, que somos tan importantes como cualquier pequeño engranaje de un reloj. Todo esta en armonía. Creo que si tenemos paciencia suficiente para soportar lo malo, y fuerza para aferrarnos a lo bueno, todos terminaremos siendo felices, pero claro, es demasiado complicado ser así, demasiado duro. Hay que ser valiente ante la vida, da igual si ante la muerte eres cobarde o valiente, eso no importa cuando estas vivo, importa cuando estas muerto y tienes que lidiar con lo que sea que hay después. Pero, es tan difícil ser así. Solo los locos y los niños no temen a la muerte (El nombre del viento, de Patrick Rothfuss), y la verdad es que un poco loca si que estoy, porque prefiero aferrarme a mi sentido del humor en los malos momentos que dejarme llevar y sentirme mal, porque entonces será el fin y no quiero, porque sea un regalo o lo que sea, que sepamos vida solo hay una, y es una gran aventura, ya que la tenemos... ¿por que no arriesgarnos a vivirla? ¿Por que no luchar por ser felices mientras tenemos la capacidad de poder serlo? Lo malo necesita lo bueno, y al reves, porque si no no sabríamos distinguir entre cuando estamos mal y cuando estamos bien. Si la vida fuese toda identica seríamos muy desdichados, estar mal es sentirnos vivos, al fin y al cabo, y darnos cuenta de que la gente importa y que esto no es un juego.

Una de las cosas que también me pregunto es, ¿por que el ser humano? O sea, ¿por que hemos desarrollado la inteligencia nosotros, y no los tiburones, o los peces? ¿De verdad es eso posible, que en un mundo tan inmenso estemos solos? Si nos guiamos por el Azar, lo es, pero yo no creo que sea así. Considero que los animales son listos, pero prefieren hacerse los tontos para que no experimentemos con ellos para decsubrir de donde viene su inteligencia, porque claro, los animales no tienen derechos pero las personas si. Que gilipollez. Todos somos seres vivos, sentimos el dolor de la misma forma, aunque nosotros, al ser racionales tenemos millones de formas más de hacernos daño, creo, porque no tengo muy claro que los animales no sean seres racionales. Todos tenemos derechos a estar vivos porque estamos vivos, al igual que las piedras tienen derecho a estar ahí donde están o las ponemos hasta que el paso del tiempo las convierten en polvo, y entonces tienen derecho a ser polvo y seguir en el mundo, porque si, porque estaban ahí y eso les da derecho a seguir estándolo. Al ser humano el derecho a vivir se lo da el nacer, al resto de seres vivos igual. El hecho de que por Azar, destino, Dios o lo que sea hayan nacido, les da derecho a continuar viviendo hasta que se le acabe el tiempo de su reloj biologico. Las puertas son puertas, los humanos somos humanos, las hormigas son hormigas, todos tenemos derecho a nuestro lugar en el mundo porque ya estamos en el mundo y eso nos crea un lugar.

Bueno, pues eso, no soporto más estas rayadas, tal vez luego escriba más yo que se, necesito dejar de pensar.

lunes, 3 de febrero de 2014

Exámenes y agobios.

Bueno, primero y ante todo disculparme por haber estado desde fin de año sin escribir, he estado bastante distraída. Ya estamos en febrero y muchos estáis de exámenes, y yo los empezaré pronto, así que me entró curiosidad sobre porque el ser humano se estresa y se agobia ante grandes presiones:

Agobio deriva del término latino gybus que significa giba, joroba, carga, de forma que, etimológicamente, el agobiado o agobiada es aquel que lleva una carga. Cuando se llega a un caso extremo de agobio y se acude a un psicólogo, nos encontramos con que el agobio no existe, si no que tienen que catalogar como nos sentimos como estrés, depresión, ansiedad o una falta de responsabilidad ante aquello que nos hace sentir agobiados, pues en si el agobio es una carga moral que puede estar causado por lo dicho anteriormente. 
Los agobiados, además, intentan arrastrar con ellos a la mayor gente de su alrededor posibles, porque, cuando se está agobiado, se tiene la sensación de que todo el universo debería estar así. El agobio no es sólo exceso de trabajo, es una reacción de alarma relacionada con la actividad. Agobian las tareas diarias, los años, las penas. Se imponen actividades o esfuerzos excesivos, o el cerebro los toma excesivos, que nos suman preocupaciones graves que nos causan gran sufrimiento. En el caso de los exámenes, el agobio y el estrés desencadenan directamente en el fracaso. Por otra parte tenemos la motivación:

La motivación es la aceptación correcta del cerebro ante lo que debemos estudiar o realizar, y este reacciona con la cantidad necesaria de energía para realizar la actividad, pero a veces, cuando hay demasiados temarios o ejercicios por hacer, el cerebro se satura, y empieza a utilizar demasiada energía, lo que causa que nos cansemos en muy poco tiempo, no logremos concentrarnos o incluso no retengamos lo aprendido y lo olvidemos al cabo de unos minutos. También puede provocar cambios en el apetito, que durmamos mal o que cualquier cosa nos ponga de mal humor. Las cosas que provoca este exceso de energía es lo que nos estresa o agobia, o incluso puede hacer que nos deprimamos. Según la mayoría de los psicólogos, lo mejor para combatir este agobio es, primero, relajarse, y luego analizar que es lo que tenemos que hacer. Primero tenemos que dividir el trabajo en el tiempo que tenemos, pero no todo por igual, tenemos que ver que es lo que más nos cuesta y darle un poco mas de tiempo que a lo que menos, por ejemplo: tenemos que estudiar ocho temas de filosofía y a dos filósofos, nos encantan las teorías que existen, pero aprender exactamente que piensa cada filosofo es algo que nos cuesta memorizar, entonces, probablemente, si tenemos cuatro días, deberíamos dividir los ocho temas en los dos últimos días, y en los dos primeros, un filosofo cada día (si nos falta algo, podemos emplear un poco de los días de temario, que nos son mas sencillos). Otra de las cosas útiles es tirarnos un rato mentalizandonos de que nosotros podemos, que no es imposible, pues el factor psicológico es el más importante para estas cosas. Debemos comprender y aceptar que en caso de que no nos de tiempo a todo, no es nuestra culpa y que hemos hecho todo lo que hemos podido. Estudiar y esforzarnos es responsabilidad nuestra, pero si aun así suspendemos, no es que seamos unos inútiles, si no que tal vez necesitemos más tiempo o utilizar otra técnica.

Bueno pues eso es más o menos, resumido, todo lo que he aprendido. Pasad una buena semana, y mucha suerte con los exámenes.

¡Que os sea leve, Patatas!